- Existe una mayor estabilización en las cadenas de suministro
- Una demanda interna sólida
- Apoyada por un fuerte mercado laboral y un incremento en los salarios reales
- Nuevos y fuertes competidores Chirey, JAC y Omoda
- Está la posibilidad de nuevos escenarios de escasez de semiconductores
La Dirección de Estudios Económicos de Scotiabank nos comparte su Perspectiva de la Industria Automotriz a Junio 2023.
“En la primera mitad del 2023, el sector automotriz mexicano continuó con importantes avances, dando señales de una mayor estabilización en las cadenas de suministro, aún cuando la producción continua en niveles debajo de su máximo observado en 2019. Al final del periodo, el sector refleja una demanda interna todavía sólida, apoyada por un fuerte mercado laboral y un incremento en los salarios reales. Adicionalmente, la producción y exportación se han visto beneficiadas por una mayor estabilización en las cadenas de suministro, aunque observamos ciertos riesgos a futuro.
En junio, las ventas domésticas aceleraron de forma anual, a 25.7% a/a, al comercializarse 1 13,553 unidades. En el acumulado anual, durante el primer semestre del año, las ventas internas sumaron 633,087 vehículos, equivalente a un incremento de 22.1% a/a. No obstante, el acumulado mantiene un retroceso de -15.0% con respecto al mismo periodo de 2017, al año más vigoroso para los primeros seis meses de cualquier año. A detalle, reiteramos el incremento de nuevos competidores en la participación de mercado de enero a junio de las marcas Chirey (2.5%) JAC (1.5%) y Omoda (0.4%), a pesar de que los mayores participantes, entre ellos, Nissan (18.2%), General Motors (13.1%), Volkswagen (8.2%), Toyota (7.5%) y KIA (7.4%) mantienen poco más de la mitad del mercado.
La exportación de vehículos ligeros muestra avances anuales de menor magnitud que las ventas internas. En junio, las unidades exportadas subieron 20.5% a/a, con 237,674 unidades. El acumulado anual presenta la misma comparación, las exportaciones avanzaron 11.1% en el periodo enero-junio, con 1,404,595 unidades, frente al 22.1% de las ventas internas. En comparación con su acumulado más alto,
en 2019, las ventas externas mantienen un retroceso de -11.7%. En particular, en Estados Unidos, el mayor destino de las exportaciones automotrices, la proporción de ventas sobre inventarios sigue siendo menor a uno. Los inventarios, si bien continuán en ascenso, no cubren aún el total de las ventas, que
también ha seguido con un ascenso moderado. Esto implica que un porcentaje importante de ventas continúan bajo pedido, dando pie a cierta persistencia en los precios de los vehículos.
Por el lado de la producción, el ensamblaje de vehículos ligeros disminuyó en -3.6% a/a tan solo en junio, a 331,707 unidades. Sin embargo, el acumulado alcanzó 1,892,635 unidades, equivalente a un 13.9% con respecto al mismo periodo de un año antes. En comparación con su nivel más alto, en enero-junio la producción se ubica -5.4% debajo de su nivel más alto, en 2019.
A pesar de estos resultados, consideramos que existen riesgos importantes en la producción en lo que resta del año por la posibilidad de nuevos escenarios de escasez de insumos:
- Por un lado, creemos que la noticia reciente de que China limitará la exportación de metales necesarios para la fabricación de chips (principalmente el Galio y Germanio, de los cuales China es de el mayor productor), lo que podría limitar la oferta total de insumos necesarios para la industria automotriz.
- Por otro lado, el reciente boom de avances en tecnología de inteligencia artificial podría desviar la oferta de microchips y semiconductores hacia industrias relacionadas con los recientes desarrollos (i.e. procesadores, computadoras, y electrónica en general). De hecho, el aumento reciente del Índice de Semiconductores de la Bolsa de Filadelfia, sugiere que la demanda por este tipo de insumos ha incrementado en los recientes meses. Los movimientos en los precios al productor y precios a las importaciones de semiconductores en Estados Unidos parecen moverse en el mismo sentido que el incremento en el índice con doce meses de rezago, lo que refuerza nuestro supuesto de un aumento reciente en la demanda por insumos, que a su vez puede fomentar nuevos cuellos de botella en la producción de vehículos ligeros.
- Un último riesgo para la producción, pero no menos relevante es la expectativa de desaceleración tanto en la economía estadounidense, como en la economía nacional para final de año. A la fecha, las señales incipientes de desaceleración en las economías, derivado del nivel restrictivo de tasas apuntan a un menor ritmo en las manufacturas. No obstante, creemos que la oferta no ha alcanzado aún a la demanda a pesar de la esperada desaceleración de la economía. En este sentido, consideramos que las ventas internas seguirán apoyadas por un sólido mercado laboral. Prueba de ello es la incorporación de nuevos competidores, que a poco han ganado participación de mercado.
Adicionalmente, en el mediano plazo vemos un balance de riesgos más positivo, fomentado por la perspectiva favorable de crecimiento y optimismo por el nearshoring. Destacamos en este aspecto los esfuerzos recientes de EUA para reducir la dependencia asiática de insumos tecnológicos, destinando fuertes montos de inversiones. En este sentido, a pesar de las posibilidades de nuevos cuellos de botellas, creemos que lo peor en la industria automotriz ha pasado, y la perspectiva a mediano plazo continúa siendo positiva, rumbo a una normalización en la industria”.