- Este año, por primera vez, la carrera se disputa en septiembre en lugar de los habituales abril o junio
- Pirelli ha elegido el C3 como Duro, el C4 como Medio y el C5 como Suave
- Como el circuito normalmente está abierto al tráfico urbano
- La evolución de la pista será un factor importante a tener en cuenta
El último tercio de la temporada arranca en Bakú, la capital de Azerbaiyán, fundada por Alejandro Magno. El nombre de la ciudad en árabe (Bākuh, Bākūh o Bākūyā) deriva del persa bād Kūbac, que significa “ráfaga de viento”. Desde 2016 acoge un Gran Premio de Fórmula 1 todos los años, a excepción de 2020. En ese primer año, el evento se denominó Gran Premio de Europa, después de lo cual tomó el nombre del país. Este año, por primera vez, la carrera se disputa en septiembre en lugar de los habituales abril o junio, y así será también el año que viene con el objetivo de lograr un calendario más coherente desde el punto de vista logístico.
Como es habitual en un circuito urbano, Pirelli ha elegido los tres compuestos secos más suaves de la gama, es decir, el C3 como Duro, el C4 como Medio y el C5 como Suave. El trazado tiene una longitud de 6.003 kilómetros y se ha mantenido prácticamente inalterado desde 2016. Cuenta con 20 curvas, algunas de ellas, como las siete primeras, son prácticamente en ángulo recto, mientras que otras por el casco antiguo de la ciudad son muy lentas y algunas a toda velocidad, ya que forman parte de un tramo de pista que se trata como una recta de dos kilómetros que cruza la línea de salida-meta. El ancho de la pista varía mucho, pasando de solo siete metros en la curva 8 a ser lo suficientemente ancho como para acomodar a tres coches en fila en la recta principal.
Como el circuito normalmente está abierto al tráfico urbano, la evolución de la pista será un factor importante a tener en cuenta a la hora de evaluar el rendimiento, aunque la climatología también puede influir. Normalmente, en septiembre hace bastante calor, con temperaturas claramente superiores a las que se registraron cuando se celebró la carrera en abril. Además, la temperatura de la pista puede variar significativamente según qué partes estén expuestas al sol o a la sombra de los edificios circundantes, especialmente en el tramo que discurre por el casco antiguo. Por último, pero no por ello menos importante, el viento puede alterar el comportamiento del auto y, al ser canalizado por los edificios circundantes de la ciudad, puede pillar desprevenidos a los pilotos desde distintas direcciones.
La velocidad máxima más rápida jamás alcanzada por un monoplaza de Fórmula 1 en una prueba oficial se registró en Bakú, cuando Valtteri Bottas alcanzó los 378 km/h con su Williams-Mercedes durante la clasificación para la prueba inaugural en 2016. Las altas velocidades alcanzadas en la recta principal pondrán a prueba los neumáticos, especialmente con la carga aerodinámica generada por los monoplazas actuales. Con otra sección de la pista que requiere la configuración aerodinámica opuesta, los equipos no pueden optar por un nivel de carga aerodinámica demasiado bajo, ya que sufrirían en la parte más lenta de la pista, donde dependerán del agarre generado por los neumáticos para sacar el máximo partido al auto.
En lo que respecta a la estrategia, Bakú es una carrera típica de una sola parada, en la que el neumático más duro hace la mayor parte del trabajo. Aunque un vistazo al trazado del circuito podría hacer pensar que rebasar es relativamente sencillo, pero no es así en absoluto. Dada la jerarquía de equipos de este año, con diferencias de rendimiento mínimas dentro de los dos grupos principales, la eficacia del DRS podría jugar un papel importante, al igual que la capacidad de reacción de un equipo ante lo inesperado en una pista donde las posibilidades de que la carrera se neutralice son muy altas. En 2023, casi todos los pilotos comenzaron la carrera con el medio antes de cambiar al duro cuando salió el auto de seguridad en la vuelta 11.
Sergio Pérez es el único piloto que ha ganado aquí más de una vez. El mexicano ganó en Bakú en 2021 y 2023, y la última vez también ganó el sprint, lo que demuestra claramente que tiene afinidad por este tipo de pistas, ya que seis de sus siete victorias en Fórmula 1 han sido en circuitos urbanos. Si Checo es el rey de Bakú, Charles Leclerc puede decirse que es su príncipe de las poles, ya que el monegasco se ha asegurado el primer puesto de la parrilla durante los últimos tres años, de 2021 a 2023, y el año pasado, además, fue el más rápido en el Sprint Shootout. En cuanto a los equipos, los papeles se invierten, Red Bull es el que tiene más victorias (cuatro) pero ninguna pole position, mientras que Ferrari tiene cuatro poles, una de ellas cortesía de Sebastian Vettel, pero nunca ha ganado. De hecho, el equipo italiano solo ha subido al podio en cuatro ocasiones, mientras que Mercedes y Red Bull lo han hecho en seis ocasiones cada uno.