- Lancia ha creado automóviles hermosos, innovadores y únicos
- Que, a pesar del paso del tiempo, siempre han sido queridos por la gente
Hoy miércoles 27 de noviembre, Lancia celebra su 118º aniversario.
Luca Napolitano, consejero delegado de Lancia: “Estoy orgulloso de celebrar este aniversario y marcar otro hito en una historia legendaria que habla de elegancia atemporal, innovación tecnológica y récords deportivos. En sus 118 años de historia, Lancia ha creado automóviles hermosos, innovadores y únicos en Italia que, a pesar del paso del tiempo, siempre han sido queridos por la gente“.
El nacimiento de una leyenda
Lancia fue fundada en Turín el 27 de noviembre de 1906 por Vincenzo Lancia y Claudio Fogolin, ambos empleados de Fiat y apasionados de los autos. Vincenzo ya era muy conocido en el mundo del automóvil, habiendo logrado varias victorias deportivas al volante de autos Fiat. El primer auto que se fabricó en 1908 fue el Lancia 12 HP, un auto nada convencional para su época. Su chasis era bajo y ligero, equipado con un eje de transmisión en lugar de cadenas, y se convertiría en un auténtico éxito para su época con la venta de más de 100 unidades. La fama de Lancia creció y la marca superó la Primera Guerra Mundial, tras la cual seguirían otros modelos de alta calidad, como el Lambda, el Augusta y el Aprilia. Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1950 Lancia presentó el Aurelia, el primer auto del mundo con motor V6. El modelo ganaría varias competencias, lo que convenció a Gianni Lancia, hijo de Vincenzo, de fundar un departamento de carreras centrado en las competencias de carretera. Pasaría a llamarse Scuderia Lancia. En 1956, la marca dio el salto a los autos de alta gama, los iconos de los años 60 fueron el Flaminia y el Flavia, este último el primer auto italiano con motor bajo el capó y tracción delantera. A principios de los años 70, la parte deportiva se renueva y domina el mundo de los rallyes durante más de 20 años, con el Stratos llevando a Lancia al Olimpo del automovilismo con quince Campeonatos del Mundo de Rallyes, tres Campeonatos del Mundo de Constructores y de Resistencia, una 1000 Millas, dos Targa Florio y una Carrera Panamericana. Más allá del ámbito deportivo, en 1985 debuta en el Salón del Automóvil de Ginebra el compacto Y10, que revolucionaría el concepto del auto urbano. El Ypsilon se convierte rápidamente en una línea de gran éxito: más de 37 series especiales, 4 generaciones y líder de su segmento en Italia. El pasado mes de abril, el testigo pasa al Nuevo Ypsilon, precursor de la nueva era de Lancia. Tanto sus formas sinuosas como sus faros traseros redondos, hacen una clara referencia al Stratos, se inspiran en los modelos históricos de la marca. Además, el Nuevo Ypsilon es el primer auto de producción de Stellantis equipado con el sistema S.A.L.A., la interfaz virtual inteligente que garantiza una experiencia de conducción confortable en línea con la tecnología de la marca. Además, la última creación de la marca italiana también es líder en su clase en el segmento B de berlinas premium gracias a las especificaciones más completas de su categoría, una gran pantalla de 10.25”, el mejor sistema de ayuda al aparcamiento de serie, el mayor sistema de iluminación exterior en términos de tecnología y amplitud; y también es el único modelo del segmento equipado con Conducción Autónoma de Nivel 2 de serie en la versión Cassina.
La evolución de un símbolo elegante, distintivo y noble
La historia de Lancia está profundamente entrelazada con la evolución de su logotipo y el nombre de sus modelos, que reflejan la identidad y los valores de la marca. El primer logotipo presentado en 1907 presentaba las letras “Lancia” en blanco sobre fondo negro, con una “L” prominente y un aspecto minimalista. En 1911, Vincenzo Lancia decidió confiar la creación de un nuevo emblema al conde Carlo Biscaretti di Ruffia, quien introdujo elementos como el volante de cuatro radios, la bandera rectangular y la lanza en forma de varilla para representar mejor la filosofía de la marca. Este diseño se adoptó oficialmente en 1922. En 1929, el logotipo sufrió nuevas transformaciones, agregando un escudo triangular alrededor del volante y una combinación de colores azul, blanco y dorado que estaba destinada a perdurar. En 1957, con la introducción del Flaminia, el logotipo fue rediseñado nuevamente, adoptando un aspecto más moderno y estilizado con formas geométricas simples y un aspecto bicolor azul y plateado.
Más tarde, en 1969, tras la adquisición por parte del Grupo Fiat, el logotipo sufrió otro rediseño importante que vio regresar una forma rectangular, pero actualizó el diseño original de 1907. El Beta de 1972 fue el primer automóvil en lucir el nuevo emblema. En 1981, el diseñador Massimo Vignelli reinterpretó el logotipo, estilizando los elementos tradicionales y limitando la paleta de colores a una alteración del azul y el blanco. En 2007, el logotipo se volvió aún más minimalista al simplificar el diseño del volante y eliminar la lanza con la bandera, manteniendo el escudo y el color. Incluso los nombres de los modelos reflejan la historia de la marca. Inicialmente, los automóviles se identificaban por su potencia registrada, como 12 HP y 18/24 HP. Sin embargo, en 1919, por sugerencia de su hermano Giovanni, Vincenzo Lancia decidió utilizar las letras del alfabeto griego para dar una identidad más fuerte a sus autos, introduciendo el Kappa y continuando con modelos como el Lambda y el Dilambda. En la década de 1930, los nombres cambiaron y en su lugar se inspiraron en lugares históricos de la antigua Roma, como Aurelia, Appia, Flaminia, Flavia y Fulvia. En las décadas de 1970 y 1980, después de que Fiat comprara Lancia, se tomó la decisión de volver a la tradición y volver al uso de las letras griegas con modelos como el Beta, Gamma y Delta. A principios de la década de 2000, esta tradición se utilizó en modelos como el Thesis, el Phedra, la tercera generación del Delta en 2008, hasta el Ypsilon de 2010 y el actual Nuevo Ypsilon. Este último estrenó un nuevo logotipo que da una interpretación moderna a los elementos distintivos de su homólogo histórico (el volante, la bandera, la lanza y las letras) como una forma de mirar hacia el futuro. Estos elementos fundacionales de la marca simbolizan la tradición Lancia y ahora se simplifican en términos de líneas y formas en un nuevo equilibrio que expresa innovación, lujo y espíritu italiano, con un toque de eclecticismo en pleno respeto de las inconfundibles geometrías de la marca.