Los combustibles de baja calidad que se venden en el país deteriora los motores: AMDA

  • Afecta la garantía de los autos
  • Contaminan más
  • Y dañan la salud pública
  • El transporte es responsable del 24.5% de los gases de efecto invernadero en México

Ciudad de México. La baja calidad de los combustibles que se comercian en el país son una variable crítica que afecta negativamente la eficiencia vehicular, la reducción de las emisiones contaminantes y la salud de los mexicanos. Esto se destacó durante el foro “La calidad de los combustibles en México, su impacto en la movilidad, medio ambiente y salud pública”, organizado por la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

Se resaltó que México ocupa el lugar número 13 a nivel global en la venta de vehículos, y pese al impulso global hacia la movilidad eléctrica, casi el 99% de las unidades comercializadas en el país son de gasolina y diésel. “Desafortunadamente en nuestro país no estamos teniendo la disponibilidad de los combustibles, gasolina y diesel, de mayor calidad que permita un rendimiento al máximo del diseño de los vehículos que ya se encuentran en el mercado”.

Se advirtió que el uso extendido de combustibles de baja calidad, sobre todo los ilícitos, conocidos popularmente como “huachicol», están deteriorando el funcionamiento de los motores, afectando la garantía de los vehículos, contaminando más y minando la salud pública. «Los combustibles ilegales no cuentan con ninguna certificación de calidad y generan una mayor contribución al impacto medioambiental. Más allá del daño fiscal que se genera, más allá del fortalecimiento de las redes del crimen organizado, tenemos un problema también desde el punto de vista de la afectación a la calidad del funcionamiento de los motores y por lo tanto un daño para los propietarios de vehículos, un daño reputacional para la industria automotriz que los propietarios de vehículos reclaman como afectaciones de garantías”, subrayó.

El doctor Humberto Gómez, investigador de la UNAM, presentó un riguroso estudio de laboratorio sobre las gasolinas que se comercian en México. Las muestras analizadas presentaron altos contenidos de compuestos volátiles y metales pesados, así como deficiencias en el octanaje, lo cual produce una combustión incompleta, formación de residuos en el motor y mayores emisiones de ozono. “El estudio demuestra que las gasolinas vendidas en México tienen una calidad inferior a las que se distribuyen en Europa o Estados Unidos. Contienen sustancias prohibidas en otras regiones y no cumplen con los estándares ambientales deseables”, explicó. Señaló que la marcas internacionales ofrecen en México gasolinas distintas, y de menor calidad, a las que comercian en sus países de origen. También explicó que la norma mexicana no garantiza la calidad de los combustibles.

Explicó que para mejorar la calidad de las gasolinas se tendría que reducir el volumen de producción nacional y un aumento en las importaciones, lo que resultaría en importantes repercusiones económicas.

Aconsejó que, “lo que podemos hacer todos en México, es ser conscientes de que estamos quemando una gasolina de baja calidad y que esto obligadamente nos lleva a darle mayor mantenimiento a nuestros automóviles”.

Por su parte, Salvador Montero, del Centro Mario Molina, presentó datos del Inventario Nacional de Emisiones que confirman que el transporte es responsable del 24.5% de los gases de efecto invernadero en México, solo por debajo de la industria eléctrica. Señaló que estamos viendo un crecimiento sostenido en la importación de gasolinas que no cumplen con la normatividad ambiental, y eso tiene impactos acumulativos en la salud pública y el cambio climático. Expuso que desde 2009 existe un compromiso para reducir el contenido de azufre en las gasolinas y diésel, pero en la práctica se siguen comercializando combustibles que rebasan los límites establecidos. Dijo que el azufre afecta al convertidor catalítico, por lo que, aumentan las emisiones contaminantes y disminuye la eficiencia de los sistemas de control ambiental de los vehículos.

Rodolfo Lacy Tamayo, consultor senior del Clean Air Institute, llamó a acelerar la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y a adoptar estándares internacionales en su regulación. En resumen, el presidente ejecutivo de la AMDA lamentó la obsolescencia del parque vehicular en México que concede un derroche innecesario de combustible, desperdicio que se potencia con la frontera abierta a la entrada de miles de vehículos usados extranjeros de contrabando y que se regularizan por el Decreto emitido por el gobierno federal. “México es el único país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que no cuenta con una inspección técnica vehícular que ayudaría a verificar las verdaderas condiciones en que circula el parque vehicular, ayudando a su renovación”, sentenció. Al respecto, sugirió hacer al transporte público el eje de la movilidad.

El foro contó también con la participación de especialistas internacionales como Marta Blázquez y José Ignacio Moya, presidenta y director general de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción de España (Faconauto), respectivamente, quienes compartieron las lecciones europeas en materia de transición energética, calidad de combustibles y renovación vehicular.

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